Al principio de su ministerio, Juan y Carlos Wesley se enfrentaron a esta pregunta:
¿Cómo debemos esperar en la presencia de Dios? Los moravos ingleses tenían tanto miedo de cualquier cosa que pudiera confundirse con ganarse el camino al cielo, que recomendaban que la gente se sentara en silencio, esperando que Dios diera el primer paso. Los Wesley se resistieron a este énfasis en la quietud y, en cambio, enseñaron a las personas a usar las prácticas que Dios estableciera en las Escrituras. Sin embargo, tanto los Wesley como los moravos se identificaron con Salmos 42:1-2, RVR:
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?*
Estuvieron de acuerdo en que la meta de la vida cristiana era ver el rostro de Dios. Pero, para los Wesley, esta meta nos impulsa a pedir, a buscar, a llamar y a buscar caminos que conduzcan a Dios. Para La Conexión Wesleyana Metodista y la Iglesia Peregrinos de Santidad, nacidas de las enseñanzas de los Wesley, los medios de gracia eran la forma de cómo buscar el rostro de Dios.
Los medios de gracia son los lugares donde Dios normalmente aparece y nos ha dicho que esperemos su presencia.
Pero es fácil distraerse al usar los medios de gracia para encontrarnos con Dios. A veces nos enamoramos de las prácticas, queriendo que los demás vean lo buenos que somos. Otras veces, nos acogemos a la quietud, como los moravos, esperando experimentar a Dios directamente. Claro, que hay valor en esto, pero no debe ser la única forma de buscamos escuchar a Dios.
¿Cómo sería el poner en práctica los medios de gracia? ¿Cómo podemos aprender a esperar en Dios en nuestro caminar? Para obtener respuestas, veremos la comprensión de Juan Wesley sobre los medios de gracia y su importancia en la Conexión Metodista Wesleyana temprana y la Iglesia Peregrinos de Santidad.
Juan Wesley, en su sermón “Los medios de gracia,” los definió como los “signos, palabras o acciones externas, ordenados por Dios y designados para este fin, para ser los canales ordinarios por los cuales podría transmitir a los hombres, su gracia preveniente, justificadora y santificadora.”
Los medios de gracia
Juan Wesley, en su sermón “Los medios de gracia,” los definió como los “signos, palabras o acciones externas, ordenados por Dios y designados para este fin, para ser los canales ordinarios por los cuales podría transmitir a los hombres, su gracia preveniente, justificadora y santificadora.” Él proclamó: “De estos medios, el principal es la oración … examinar las escrituras; (lo que implica leer, escuchar, meditar;) y recibir la cena del Señor, comer del pan y beber de le copa en memoria de Él.” Los medios de gracia no se limitan a las prácticas que Juan eligió resaltar en este sermón.
La Conexión Metodista Wesleyana enumeró cinco medios de gracia instituidos (ordenados por Dios) en su primera Disciplina: la oración, examinar las escrituras, la cena del Señor, el ayuno y la conferencia cristiana. La importancia de estos medios se refuerza en el manual de 1922 de la Iglesia Peregrinos de Santidad, que define el descuido de los medios de gracia como una violación del pacto de membrecía. El peligro de tener una membrecía atada a la práctica de los medios de gracia es que las personas puedan practicarlos sin buscar el rostro de Dios, lo que Juan llamó tener la apariencia de piedad sin el poder de la misma.
“La Disciplina de La Iglesia Wesleyana” describe el bautismo y la cena del Señor como medios ordenados de gracia. Alentamos el crecimiento en “conocimiento, amor y gracia de Dios” a través de medios adicionales tales como la lectura de las escrituras, la oración, la predicación y la adoración.
Juan Wesley temía que, algún día, el metodismo se aferraría a la forma externa de piedad pero negaría su poder.
Prácticas para hoy
La forma de desarrollar (o incluso comenzar) una relación con Dios es practicar los medios de gracia mientras se busca la presencia de Dios. ¿Cómo sería esto?
Para mí, podría verse así: cuando me levanto por la mañana, me siento en silencio con mi biblia abierta en un pasaje que quiero leer. Después de haberme calmado, le pido a Dios a que me hable, leo lentamente el texto y escucho lo que Dios quiere decirme. Con mucha frecuencia, puedo caer en el patrón de completar mi lectura para poder tacharla de mi lista en lugar de venir a encontrarme y a escuchar a Dios.
Los medios no se limitan a nuestra práctica que demuestra nuestro amor por Dios (obras de piedad). También están marcados por las formas en que amamos a nuestro prójimo (obras de misericordia). Para tener una idea de esto, piensa en Mateo 25. Cuando Jesús dice que cuando haces esto al más pequeño de estos, me lo has hecho a mí, está diciendo: este es uno de los lugares donde puedes encontrarte conmigo. No debe hacernos sentir culpables, es una invitación a encontrarnos con Dios. Este es uno de los lugares donde Dios normalmente aparece. Al entrar en estos espacios, debo escuchar la voz de Dios.
Estar con Dios es la meta de los medios de gracia y brinda la oportunidad de escuchar su apacible y delicada voz, aprendiendo lo que Él quiere para mí. Tal vez sea una palabra de aliento o posiblemente algo que hacer. Sea lo que sea, cada encuentro con Dios da forma a nuestras vidas e historias, y nos sentimos atraídos por los medios de gracia, para que podamos encontrarnos con Él.
* Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.